domingo, 29 de julio de 2012

UNA PRACTICA QUE DEJO DE SER EXCLUSIVA DE LOS HOMBRES
Masonas correntinas: pioneras, cultas y unidas por el bien grupal y comunitario
 
MASONAS. De derecha a izquierda, Concepción Nieto,
Mirta Kreng y la referente local de las masonas, Olama Pérez.
 
Fueron las primeras en conformar un grupo masón femenino en el interior del país: el Triángulo Palas Atenea. Sostienen que la masonería no es una secta, tampoco una religión y mucho menos un partido político. “Sólo buscamos lo mejor para el ser humano”, manifiestan. Conozca de qué se trata en esta nota.
En el colectivo imaginario, la palabra masonería está asociada con algo misterioso. Quizás por sus enfrentamientos con la Iglesia Católica, sin embargo, sus miembros demuestran tolerancia, amabilidad y respeto por todo lo que los rodea.
Esto parece potenciarse cuando las integrantes son mujeres. Simples por fuera pero con amplitud de pensamiento. La masonería femenina, que en Argentina apareció en la década del ‘90, nació de los gremios de constructores medievales y durante siglos fue una práctica de hombres, los que embanderados bajo el lema de la Revolución Francesa Libertad, Igualdad, Fraternidad, no aceptaban mujeres entre sus miembros. Es por ello que deciden armar sus propias logias y el movimiento creció rápidamente.
A nivel local, el templo Gosfra (Gran Oriente Simbólico Femenina de la República Argentina) se levantó en 2009 y en Corrientes, el Triángulo Palas Atenea, fue el primer grupo masón femenino creado en el interior del país, en julio de 2010. Hoy cuenta con unos 15 miembros, entre ellas, esposas o hijas de masones y la presidente es Olama Pérez Lugo.
En las reuniones, estas mujeres eruditas buscan cumplir su “misión filantrópica” y el camino de “ascenso personal” que proponen. “Cada vez se suman más jóvenes que “buscan conocerse y cultivarse a sí mismas” dice Mirta Kreng, una mujer amable, mesurada, que sonríe antes de dar una respuesta y habla pausadamente.
Es la Venerable Maestra de la Augusta y Respetable Logia Fénix Nº3, que es la encargada de recorrer el país para atender las demandas y necesidades de otras “hermanas” como se llaman entre ellas.
Durante su visita a la ciudad, explicó que el trabajo que desarrollan las masonas en las logias está dedicado al perfeccionamiento humano, “ya que al ser humanas, somos perfectibles, pero cuando nos damos cuenta de esto, tenemos la posibilidad de elegir un camino al perfeccionamiento para toda la vida”, manifestó en diálogo con:
ellitoral.com.ar.
A los talleres, acuden mujeres libres pensadoras, y se tiende a inculcar el amor, el respeto hacia todos los seres humanos.

La puerta de entradaTodas son bienvenidas y no es requisito tener una profesión para formar de un grupo masón. Por lo general, llegan por una invitación, pero eso sí, se debe tener la mente abierta y cumplir una serie de evaluaciones antes de integrar una orden. El proceso de selección es estricto y para ascender hacia grados superiores se debe estudiar los principios masónicos y cumplir con determinados trabajos.
La mujer que decida ingresar a la masonería, deberá pasar por una ceremonia de iniciación que la convertirá en aprendiz; después estudiará filosofía y hará filantropía (actos de generosidad) “primero hacia nosotras como seres humanos, luego hacia las hermanas y hacia el resto de la sociedad” explicó Mirta.
Algunos de los pasos incluyen una entrevista por parte de las autoridades de la logia. La aspirante debe creer en algo, puede ser Dios, Alá, Moisés, según la religión de cada una y tener una veta humanística. Ser mayor de edad, solventarse a sí misma y tener una orientación, sin extremos. “No se aceptan fanatismos religiosos, políticos, ni filosóficos”, aclaran.
Por otro lado, María Encarnación Nieto una mujer que irradia seguridad, es la Gran Segunda Vigilante de la Orden Fénix 3 hace 16 años. Expresó que su misión es hacer docencia con las que se integran a la masonería. “Un espacio que siempre le fue vedado a las mujeres. Cuando las puertas comenzaron a abrirse fueron muchas las que buscamos refugio ahí”.
El objetivo es que todas tengan la oportunidad de experimentar la masonería en su lugar de origen, al que llaman Valle.
Las reuniones son semanales. Allí combinan la presentación de trabajos escritos que incluyen desde cuestiones filosóficas hasta actualidad. Hay temas prohibidos: la política partidaria y la religión propia.

El ritoEl rito escocés antiguo, es el que rige a los masones y consiste en una serie de símbolos, elementos y palabras que ordenan las iniciaciones y las reuniones. Los símbolos, comunes a todas las obediencias y ritos son el triángulo, la estrella de cinco puntas, el martillo, la escuadra, el compás, la rama de acacia, las columnas, la piedra cúbica, la piedra bruta, el libro, la cadena de unión, el sol, la luna, el delta luminoso, el nivel, la plomada, el cincel, la letra G, la B y la J.
Además, en el desarrollo de las distintas ceremonias se emplean mandiles, bandas, sombreros, espadas, etc. Cada logia tiene banderas y un escudo propio.

Porque se mantienen en secretoLa orden no sería “secreta” sino “discreta”, indica María Encarnación. De hecho, los contenidos de sus ritos, ceremonias y elementos están publicados y pueden consultarse. Pero por lógico funcionamiento interno, se requiere discreción para no convertir las reuniones en espectáculos.
Por otra parte, en épocas de dictadura, los libres pensadores como los masones fueron muy perseguidos, lo que llevó también a un repliegue de las órdenes para sobrevivir.
“Lo secreto es lo que nos da sentido, apuntó Olama, la referente masona en Corrientes. Se llega a ser masón practicando los ritos, es decir, por la vía del símbolo. Por eso es casi imposible explicar con palabras lo que se siente. Una vez que perteneces a la masonería, ves la realidad totalmente diferente”.
“Nosotras respetamos todas las creencias religiosas y políticas pero no somos fanáticas ni extremistas. Tampoco somos una secta aclara Mirta algo que nos preguntan en todos lados.”
Aún no se puede precisar cuántas mujeres masonas existen en el país, porque también funcionan las llamadas logias mixtas (de hombres y mujeres) pero actualmente unas 83 mujeres son las que trabajan en el Gran Oriente Simbólico Femenino de la República Argentina, cuya sede existe en Corrientes.
Las interesadas en formar parte del Triángulo Palas Atenea, deberán contactarse con el Triángulo Masónico Palas Atenea, donde se les brindará información. Correo: hijasdepalasatenea@hotmail.com. O en Facebook: wwwfacebook.com/masonicapalasatenea o /masoneriafemenina.
 

 

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