En Corrientes, el 21 por ciento de los menores de 18 años, se encuentran en situación de indigencia. Y la jurisdicción se halla segunda entre las provincias con mayores indicadores. Primera se encuentra Chaco con 31,5 por ciento de los niños y adolescentes viviendo en dichas condiciones.
Esto significa que los chicos no alcanzan a cubrir siquiera una canasta básica alimentaria. A esto se suman los niños que viven por debajo de la línea de pobreza, es decir, no poseen accesibilidad a una educación, salud, vivienda y vestimenta.
En Corrientes, la tasa de pobreza infantil alcanza un 51 por ciento. Se encuentra quinta en el país, superando la media nacional que ronda un 31,6 por ciento. Chaco, nuevamente encabeza la lista con un 63,3 por ciento de su población infantil en estas condiciones, mientras que los registros más bajos los poseen Tierra del Fuego con un 6,2 por ciento, y Santa Cruz con un 6,4 por ciento.
Vale mencionar que Cepal y Unicef calculan los niveles de pobreza infantil de manera multidimensional. Esto es, un enfoque que trasciende al nivel de ingresos de los hogares en los que habitan los menores de 18 años. De este modo, se define la pobreza desde un enfoque de derechos, es decir, “como la privación (grave o severa) de necesidades humanas básicas de desarrollo, entre las que se encuentran: alimentos, agua potable segura, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación, información, acceso a servicios”, según detalla el estudio.
Por otra parte, la Cepal diagnostica la necesidad de profundizar acciones para la niñez, teniendo en cuenta programas como la Asignación Universal por Hijo. “En ese sentido la vivienda es una cuestión fundamental dado que determina el entorno en el que los niños viven a diario”.
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