domingo, 3 de febrero de 2013




Su historia comenzó a escribirse en una zona rural que hace un siglo -en su honor- pasó a llamarse Colonia Cabral y siguió en la casa de sus patrones en Saladas, donde actualmente funciona un museo. Pero fue su hazaña en el combate de San Lorenzo que grabó su nombre en la memoria del país. Con documentos, relatos e imágenes no son pocos los que reconstruyeron parte su pasado.


Juan Bautista fue, hasta que evitó la muerte del general San Martín en el campo de batalla de San Lorenzo, un joven que al igual que otros se desempeñaba como sirviente en la casa de la familia Cabral. Sin embargo, su valentía de dar su vida lo convirtió en un héroe nacional. Para intentar saber detalles de su vida antes de aquel hecho, fueron varios los escritores que desarrollaron investigaciones que luego se transformaron en obras. Una de las más destacadas, por los documentos y los datos aportados por una descendiente del hogar donde transcurrieron parte de sus días, es el libro de Ramón Blanco: “Vida de Juan Bautista Cabral y memoria de su pueblo”.
“Si bien a él se lo conoce como el sargento Cabral, hay que tener en cuenta que ese no era el apellido de sus padres, sino de la familia para la cual ellos trabajaban. Se dice que su papá se llamaba Francisco y su mamá, Carmen, quienes trabajaban para el matrimonio conformado por Eugenio Tomás Cabral y María Teresa de Soto que vivían en la zona que hoy se conoce como Colonia Cabral”, comenzó contando a El Litoral la profesora Alejandra Riolfo, quien es concejal, ex titular de Cultura de la Municipalidad de Saladas e integrante de la comisión encargada de la organización de los actos en la mencionada ciudad.
“Los primeros años de Juan Bautista se cree que transcurrieron en esa casa y su nacimiento habría sido registrado en un convento que existía allí en esa época, pero como el lugar luego fue invadido e incendiado, no fue posible encontrar un escrito”. No obstante, luego Juan Bautista se habría mudado a vivir a la casa donde en la actualidad funciona el museo que lleva su nombre en Saladas.
“Sucede que cuando el hijo de los Cabral, Luis, se casa con Tomasa Casajus en 1805, a ellos le dan un terreno en el casco céntrico de nuestra ciudad y traen parte de la servidumbre entre quienes aparentemente también vino Juan Bautista”, explicó Riolfo. Al mismo tiempo destaca que de acuerdo a los relatos históricos, él solicitó a su patrón incorporarse al Ejército y al obtener su visto bueno, el 3 de noviembre de 1812 fue parte del grupo de más de 70 correntinos que partieron como voluntarios bajo la dirección del teniente Juan Bautista Parrety. Ese primer tramo lo hicieron por vía fluvial y cuando inician la segunda parte del viaje por tierra para llegar a Buenos Aires, el número de soldados voluntarios se redujo a 50, quienes son los que finalmente arriban el 19 de noviembre”, detalló Riolfi.
Seguidamente señaló que Cabral, al igual que sus pares, inició un breve período de adiestramiento. “Según autores como Gaitán, desde el 29 de diciembre al 3 de enero de 1813, él estuvo internado y figura en la nómina de soldados con afecciones”, acotó. Pero más allá del inconveniente de salud que tuviera, Juan Bautista no sólo participó del combate de San Lorenzo sino que dio su vida por el general San Martín, ya que se habría interpuesto, recibiendo así dos heridas en la espalda y falleciendo dos horas después en el convento donde precisamente daban asistencia a los soldados”.


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