El jueves, Emilce Sosa cayó en un cuadro de intensas cefaleas y dolor de panza. Al día siguiente y en medio de la desesperación, Norma Soto, madre de la chica, llevó a su hija al centro de salud del pueblo. Allí la recibió la guardia, y la mantuvo en observación.
“Pedí al médico que ponga a mi nena oxígeno, yo estaba desesperada”, contó la madre quien precisó que “el médico estaba desconcertado” por los síntomas de Emilce. “Creyó que tenía una intoxicación”, por los síntomas de la menor, dijo Norma. Luego se decidió derivarla al hospital Juan Pablo II, sin embargo, en medio de ese proceso, pasaron “tres horas” y en el centro de Salud, no había ambulancia para trasladarla.
“Estamos a la deriva en este pueblo, si hay una emergencia como la de Emilce, no tenemos como trasladarnos”, dijo Norma Méndez, vecina de la familia afectada y quien acompañó a la madre de la niña en la difícil situación.
La vecina recordó que recurrieron a la comisaría para pedir ayuda. “Nos dijeron que no tenían nafta”, manifestó al tiempo que protestó, por la impotencia de “no poder contar con dos instituciones” que funcionan en el pueblo y son claves en caso de emergencia.
Complicaciones con el hermano menor
Después del fallecimiento de Emilce, se afectó la salud de su hermano más pequeño. El niño levantó fiebre, y nuevamente la familia se vio envuelta en la disyuntiva, de cómo trasladar al chico al hospital. Fue así, que mediante gestiones en el pueblo, y gracias a la buena voluntad de un vecino, pudieron llevar al chico de 10 años al hospital Juan Pablo II.
Pero el sabor amargo del tiempo perdido cuando la nena estuvo grave quedó en la madre de familia. “Cuando Emilce estuvo mal, nadie hizo nada, y pasó dos y casi tres horas sufriendo de dolor”, contó apenada Norma.
Fue una semana trágica para la familia. El sábado también falleció la madre de su marido, y en ese contexto, Norma acompañada de su amiga del barrio, tuvo que afrontar el velatorio de la nena y la salud del niño, quien agobiado por la situación y con las defensas bajas, sufrió de un cuadro de bronco espasmo, del cual, según dijo la madre al cierre de esta edición, ya mejoró.
COLEGIO SECUNDARIO DE SANTA ANA: Brindan “contención” a los compañeros de la nena.
Luego de la muerte de Emilce Sosa, la niña de 14 que falleció a causa de una “meningitis neumocócica”, el colegio secundario de Santa Ana la recordó con aprecio. Resaltaron que era una buena compañera y una chica “muy activa”.
María Elisa Blanco, directora del establecimiento, contó emocionada lo que significó la pérdida de la niña. Dijo que no se cerraron las puertas del establecimiento porque la patología que sufrió Emilce “no era contagiosa”.
“En 25 años jamás tuve un caso de un alumno fallecido en estas circunstancias”, manifestó la directora.
La docente graficó que los compañeros de la nena quedaron shoqueados por la repentina pérdida, incluso dijo que hubo alumnos que no asistieron a clases tras su muerte. Precisó, además, que muchos de los tutores tuvieron miedo de que la enfermedad fuera contagiosa.
Es por eso que, tras el grave suceso, la doctora del centro de salud de Santa Ana, Elizabet Figueredo, fue a dar una charla al colegio para tranquilizar a los alumnos.
A diferencia de la meningitis meningocócica, la que padeció Emilce, por el “neumococo”, no es de fácil transmisión, se explicó a los padres de los alumnos que asistieron a la charla.
“Los chicos quisieron acompañar en todo momento a la familia y asistimos al velatorio”, contó la directora del colegio, quien indicó que “en estos momentos tan duros” para los compañeros la escuela funciona como una “contenedora” de los alumnos.
opino que la meningitis si no se la controla seria de mucho perjuicio para el pueblo correntino
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