domingo, 24 de junio de 2012

Y el ganador es...

Naturalmente Moyano no es Cobos. Y así como el efímero Cobos es un pedazo chiquito dentro de un radicalismo pequeño; Moyano es un pedazo enorme dentro de un sindicalismo que puede volver a ser poderoso si el desempleo lo agiganta. Moyano volverá a ser lo que era, que no es poco. Así como Cobos volvió a ser lo que era, que era muy poco.

La semana que comienza termina el miércoles. Ese día Hugo Moyano y los sindicatos alineados, más muchos ciudadanos que hoy son curiosos, van a estar en la Plaza de Mayo. Puede que la memoria me falle, pero hace muchos años que la Plaza de Mayo no es el espacio simbólico de una movilización autónoma del movimiento obrero, o la de una parte sustantiva del movimiento obrero.
Puedo equivocarme en este desprolijo recuerdo de “movilizaciones autónomas”; pero vienen a mi memoria sólo dos, en las últimas décadas, convocadas por la CGT sin la anuencia del poder: las de los días de junio y julio de 1975 y la de marzo de 1982.
En 1975 la CGT - la misma que había estado en la Plaza apoyando el programa de Juan Perón un año antes - se hizo presente en la Plaza; y logró la huida de José López Rega y la renuncia de Celestino Rodrigo.
El 30 de marzo de 1982, la marcha convocada por la CGT, que llenó la Plaza de Mayo en plena dictadura genocida, marcó el comienzo del fin del régimen.
Esas dos movilizaciones fueron realizadas con el propósito de enfrentar al poder y cambiar su rumbo.
¿Esta convocatoria para el miércoles tiene esas características?¿La CGT o parte de ella enfrenta al poder, aspira a cambiar el rumbo, es una lucha política? Veamos.
Dejando de lado la autoconvocatoria de sectores medios y populares en la crisis de 2001 - que desbordaron la Plaza y enfrentaron al poder y provocaron la caída de Fernando de la Rúa - en los últimos tiempos muchas veces se llenó la Plaza con las 50, 70 ó 100 mil almas que son las que la colman.
 
 

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