domingo, 13 de octubre de 2013

LAS SUBAS EN LA MESA FAMILIAR

Comer asado es más barato que comer ensalada

Debido a los costos en el tomate, chauchas y morrón colorado, desde las verdulerías barriales comentan que la gente redujo el consumo. Se debe al impacto de las heladas en las zonas de producción. También se registraron subas en las carnicerías periféricas. En virtud de la escalada en la suba de algunas verduras, desde los comercios barriales analizan que, hoy por hoy, es más económico comer un asado que una ensalada.  Admiten que la población redujo el consumo para mantener la economía hogareña, no obstante resaltaron que se trata de incrementos transitorios, dado que se registraron inconvenientes en la cosecha debido a las heladas pasadas. “Antes compraba cuatro cajones de tomates en un día normal de venta, pero ahora no puedo porque el cajón me lo venden a 400 pesos”, decía una carnicera del barrio Bañado Norte a una cliente, mientras que esta le respondió: “Lo más llamativo de todo es que somos una provincia productora de tomates y morrones a destajo, pero lo consumimos carísimo”. Y la carnicera insistió: “Pero lo mismo pasa con Yaciretá, la tenemos acá y resulta que pagamos la luz más cara del país”.
La comerciante, también ofrece verduras en su negocio y respondió a época que por la suba del tomate, no compra más esta fruta. “Si es por mí no traigo cajones, pero mi marido dice: ‘Vamos a llevar uno aunque sea para nuestros clientes’, porque si es por mí, no traigo”, destacó.
En su local, el vacío lo ofrece a 34 pesos y los tomates a 33; la costilla a 34 pesos y directamente no compra morrón colorado por el alto precio de esta verdura.
En otro punto de la ciudad, en el barrio Galván, para Juan Carlos Monzón, “es fácil”. “El kilo de morrón cuesta 40 pesos y la costilla o vacío 25 pesos; el kilo de tomate cuesta 40 pesos y la carnaza (bola de lomo, nalga, etc.) cuesta 34”, comparó el propietario de un negocio ubicado en Teniente Ibáñez al 900. Monzón recordó que hace 12 años posee comercio en ese barrio, que es atendido por él mismo y por ello, vende la carne más barata, dado que tampoco sufre costo de alquiler. Sin embargo rezongó: “Ahora la carne vino con un aumento de 25 por ciento”.
En el mismo barrio, pero del otro lado de la avenida Teniente Ibáñez, Cristian, también al frente de una carnicería, al ser consultado cómo vienen los precios, apuntó: “uhuh, la carne y el pollo también aumentaron”. “En el caso del pollo antes lo vendíamos a 16 pesos el kilo y ahora a 17; en el caso del vacío se fue a 38 pesos; la falda a 30 y el chorizo a 35”, detalló el vendedor.
Lejos de los barrios y en el microcentro correntino, en una reconocida carnicería que también ofrece verduras, sus empleados cuentan que: “Chauchas no se trae directamente porque se fue a 50 pesos el kilo y el tomate a 38”.
A una cuadra de ese mismo local, por calle Junín la chaucha se fue a 60 pesos, el morrón colorado a 46 y el tomate a 40.
En ese contexto, desde las oficinas de Defensa al Consumidor a nivel nacional aconsejan un cambio en la dieta. Sustituir la salsa roja por la blanca y en las ensaladas cambiar el tomate por la zanahoria, remolacha, lechuga y atún. 
Por su parte, desde la Asociación Hortícola Río Santa Lucía aclararon que: “El sobreprecio del producto no viene por parte del productor hortícola como lo quieren hacer creer, sino que es de la avaricia de los grandes empresarios”. 
Detallaron que “las mayores zonas productoras de tomates y pimientos sufrieron intensas heladas y varios días de nublados durante este invierno perdiendo en la mayoría de los casos gran parte de su producción en Salta y Corrientes”. 
El comunicado agrega que “hoy un productor que debía cosechar normalmente 100 cajones de estos frutos sólo cosecha entre 18 y 20, disminuyendo gran parte de su producción y su ingreso; no pudiendo cumplir con el abastecimiento”. “En muchos casos el productor ni siquiera logró salvar el gasto que realizó para comenzar con la cosecha, debido a que al productor hoy en la finca le están pagando entre $10 y $12 el kg (...) y las grandes cadenas de supermercados venden el kilo a unos $40 o $50, afectando el bolsillo del consumidor”, aclara finalmente el documento. 

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