Los misiles del INDEC
La actividad económica se encuentra en una situación de desaceleración o estancamiento. La UIA estima, para junio, una caída anual de la producción industrial del 6,5 por ciento. El crecimiento del empleo (Encuesta de Hogares), en el primer trimestre de 2012, fue de 0,6 por ciento respecto del mismo período de 2011. Es la menor tasa en seis años.
El INDEC acaba de lanzar dos misiles. El primero fue el reconocimiento que la economía está frenada: la actividad en junio está en el mismo nivel que en el mismo mes del año pasado. Estancados en junio es mejor que en caída como en mayo. Pero no es motivo de alegría.
La industria cayó en 3,2 por ciento en el segundo trimestre; y la construcción declinó 4,9 por ciento en junio, todo respecto del mismo período del año pasado. El comercio exterior también es menor que el de 2011 para las mismas fechas.
El segundo misil, el más sorprendente, lo lanzó la directora de ese Instituto. A.M. Edwin dijo que “la Canasta Básica Alimentaria no tiene ningún valor”. Chocolate por la noticia. Esa canasta es el fundamento por el cual el INDEC calcula la indigencia. Esos cálculos, como aquellos que sostienen que la pobreza es del 6,5 por ciento de la población, han sido cuestionados - salvo por los más militantes de los oficialistas - por casi todos los que analizan esas cuestiones.
Las opiniones críticas afirman que la economía estuvo en recesión; y que la pobreza ronda el 25/30 por ciento.
La pobreza es el más duro de los condicionamientos de la prosperidad colectiva. Y el crecimiento continuado del PBI es una condición necesaria, aunque no suficiente, para resolver la pobreza.
Las informaciones del INDEC y la declaración de su directora funcionaron como un paso hacia el reconocimiento de una situación estructural y otra de corto plazo, que no son tan optimistas como surge de las declaraciones habituales de los máximos dirigentes.
Pero, como lo hemos dicho antes de ahora, el PBI tenderá a recuperar el crecimiento en el segundo semestre al compás de la soja; y también con el apoyo de la incipiente recuperación de Brasil.
El INDEC acaba de lanzar dos misiles. El primero fue el reconocimiento que la economía está frenada: la actividad en junio está en el mismo nivel que en el mismo mes del año pasado. Estancados en junio es mejor que en caída como en mayo. Pero no es motivo de alegría.
La industria cayó en 3,2 por ciento en el segundo trimestre; y la construcción declinó 4,9 por ciento en junio, todo respecto del mismo período del año pasado. El comercio exterior también es menor que el de 2011 para las mismas fechas.
El segundo misil, el más sorprendente, lo lanzó la directora de ese Instituto. A.M. Edwin dijo que “la Canasta Básica Alimentaria no tiene ningún valor”. Chocolate por la noticia. Esa canasta es el fundamento por el cual el INDEC calcula la indigencia. Esos cálculos, como aquellos que sostienen que la pobreza es del 6,5 por ciento de la población, han sido cuestionados - salvo por los más militantes de los oficialistas - por casi todos los que analizan esas cuestiones.
Las opiniones críticas afirman que la economía estuvo en recesión; y que la pobreza ronda el 25/30 por ciento.
La pobreza es el más duro de los condicionamientos de la prosperidad colectiva. Y el crecimiento continuado del PBI es una condición necesaria, aunque no suficiente, para resolver la pobreza.
Las informaciones del INDEC y la declaración de su directora funcionaron como un paso hacia el reconocimiento de una situación estructural y otra de corto plazo, que no son tan optimistas como surge de las declaraciones habituales de los máximos dirigentes.
Pero, como lo hemos dicho antes de ahora, el PBI tenderá a recuperar el crecimiento en el segundo semestre al compás de la soja; y también con el apoyo de la incipiente recuperación de Brasil.
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