miércoles, 29 de agosto de 2012

SEBASTIÁN CRISMANICH REGRESÓ A SU ESCUELA

“Podés ser el mejor deportista pero sin estudios no sos nada”

 
Nadie quería irse de la escuela. La hora de la siesta les daba libertad a los estudiosos del turno tarde pero muy pocos se fueron. Y los alumnos del turno tarde en el Colegio Sagrado Corazón y el Instituto Monseñor Robineau tampoco sostenían sus intenciones de concentrarse en el estudio y sí ponían su empeño en la previa de una fiesta.
Es que esta institución educativa (sumando al inicial Jardín “Patito Feo”) vivía una tarde de fiesta. Única e histórica. Recibía la visita del campeón olímpico Sebastián Crismanich, ahora su hijo pródigo.
Alrededor de 1500 chicos, entre la primaria y secundaria, sumando a profesores y administrativos, prepararon el homenaje “como Seba se merece”.
“Ojalá que salga todo bien, lo estamos esperando. Aquí hay profesores actuales, algunos ya jubilados y que fueron profesores de Seba, vinieron ex alumnos también. Esto tiene que ser una fiesta”, sostenía en la previa Blanca Sánchez, la rectora del Instituto Monseñor Robineau, la encargada de recibir al único medallista de oro que Argentina tuvo en Londres 2012. La llegada tuvo ribetes de una “súper estrella”. El reloj marcaba las 14:31 cuando bajó del auto y los estudiantes comenzaron el sueño de fotografiarse y tocar al nuevo ídolo correntino.
Sebastián se recibió en 1998 de la primaria en el “Sagrado Corazón” y en 2004 terminó sus estudios secundarios en el “Robineau”. Todos lo recordaban y varios “profes” ejercitaban sus pensamientos para devolver en recuerdos los pasos por esas aulas del ahora medallista olímpico.
Los años allí los pasaron junto a su hermano Mauro, que lo anticipó a Sebastián varios años en las aulas (dejó en el 2001 la escuela secundaria).
“La medalla que consiguió Sebastián no es sólo un reconocimiento a su nivel deportivo, sino dio muestras de su amor a la Patria, al deporte argentino en general y es un orgullo que haya pasado por esta institución”, reconoció Blanca.
A Sebastián lo esperaron en la secundaria con una caja repleta de saludos, reconocimientos y elogios que prepararon los alumnos y se los entregaron cuando él les mostraba la medalla de oro.
“Me llena de energía todo esto, estoy muy emocionado y quiero decirles que esto no lo logré por el taekwondo solamente. Todo comenzó por la escuela y estoy muy agradecido a los valores que me enseñó esta institución”, sostuvo el campeón en los pocos minutos que lo dejaron hablar. Cuando el asedio por las fotos volvió, “Seba” manejó las masas: “Todos nos sentamos, que nadie se va a ir a la casa sin la foto que buscan”. Delirio de todos, filas interminables para retratarse con el deportista dorado.
Desde el primer minuto, los chicos de la primaria lo esperaban con un “caminito humano” para llevarlo a sus aulas. Lo recibieron al deportista y su medalla en el patio central con porras (“albicelestes” para la ocasión) y canciones que quebraron las lágrimas del campeón.
“Se acordó de mí y me dijo ‘¡qué hacés profe’!”, se emocionaba “Quique” Cequeira, uno de sus profesores en primaria junto a Luis Aguirre y Víctor “Pachín” Silva.
Allí, Seba dejó otra enseñanza: “Disfruten mucho de esta edad, disfruten sus amigos que serán los que los acompañen por siempre”. Y se recibió de ídolo para los estudiantes.

El Concejo lo distinguió como “Ciudadano Ilustre”
A través de una sesión especial realizada ayer, el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Corrientes entregó el Título Honorífico de Ciudadano Ilustre al correntino Sebastián Crismanich, medallista olímpico en Londres 2012, por su encomiable labor deportiva y tal lo instituye la Declaración 133.
La Sesión Especial estuvo presidida por Miriam Coronel, acompañada del viceintendente de la ciudad Ernesto Meixner y la presencia de lujo del taekwondista Sebastián Crismanich.
Además, estuvieron presentes ediles, funcionarios del Ejecutivo comunal, familiares del deportista y público en general, participando también el concejal Eduardo Tassano, uno de los impulsores del proyecto de esta declaración.
“Agradezco cada reconocimiento que me hacen porque siempre significa un impulso más, una cuota de energía para seguir adelante”, expresó Crismanich y agregó: “Hoy celebramos esta medalla de oro y es un impulso para que cada uno logre su medalla dorada en la vida”.

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