domingo, 14 de octubre de 2012

EL REFUGIO DE APIPE GRANDE


"El Refugio de Apipe"... el chiquito, de madera, sin paredes y techo de zinc.
 
...el del puerto, ese chiquito, el de madera, con bancos fijos, ... también de madera,  y con techo de zinc, y casi sin paredes, la verdad no hace tanto que está en Apipe...pero es como si estuvo siempre, si es cierto, hace poco que esta, pero tantas cosas ocurrieron debajo de él que se percibe, casi como que esta desde siempre, ¡bah! mejor dicho quizás desde siempre lo necesitabamos, y por eso parecería que hace mucho que acompaña y protege, mal pero protege al fin, mas vale algo... que nada.
Debajo de el ocurrieron, despedidas, esperas de familiares, esperando para irnos con la tristeza de un duelo de un familiar que ocurrio y tenemos que ir, esperas de lanchas que nunca llegaron a salir, porque se cerro el puerto, por las marejadas que había, porque la lancha que esperábamos para el segundo viaje, desde Ituzaingo nunca llego a salir, porque  los pasajeros de Itu no llegaron al puerto, el lanchero no volvió, y nos quedamos sin ir, porque hasta el otro día no salia nadie, la verdad que, ¡si salia!, pero si te ponías con lo que vale un viaje expreso, y mucha plata es, y se trunco la visita al odontólogo, o al oculista, o a retirar un análisis, o quizás mirar una película, o simplemente tomar un helado con Marí que tanto planeamos por mensajes, con Roberto, Juan, Jorge o José, ya no importan los nombres de las o la persona que plantamos, a veces la nostalgia, de volver a otra provincia, distante de la hermosa Apipe, y que una mezcla de bronca, y amargura, se mezclaban, para hacer la saliba mas gruesa, y difícil de tragar.
En otras oportunidades, como hace pocos días la amargura, de hacer la cola, desde... ¡capaz tres y media o cuatro! de la madrugada, con frió, llovizna, o una cálida noche de verano con mosquitos que te dejan anémico de tanto picar... ¡y me olvide el repelente! o no tenia plata para comprar, había que elegir, entre el repe o viajar... porque a veces también pasa,¿verdad?
... y después de esperar y esperar, de hacer cola y aguantar, no hay lugar en la Mi Pueblo, porque vecinos como uno mas ventajeros quizás, en la tarde anterior convencieron a quien es el que esta de turno para anotar, y cuando eso ocurre hay una mezcla de impotencia, bronca y ganas de gritar, patear y putear, pero como el isleño no es así se vuelve a su casa, enojado, triste y masticando hiel, porque el es así y se la tiene que aguantar. 
 También, en el refugio, hubieron lágrimas de madres que ya estrañan a cuenta a su hijo mimado que se va, o la nena quizás, ojos vidriosos, palabras susurrante que es probable nunca se pensaron decir, un ¡te voy a extrañar! o un ¡te quiero!, por lo bajo y entredientes, como con vergüenza de decirlo, la caricia de un hijo, a los cabellos de mamá que se queda, que hasta el día de la madre o hasta fin de año quizás no la voy a ver, sueños, alegrías, tristezas, sin sabores y mágicas sensaciones, las de las novias o esposas que esperan, las cobija siempre, mal o bien, el "Refugio del Puerto", el chiquito el demadera, sin paredes y de techo se zinc, parece mentira, que las cosas mas importantes, mas gravitantes para la vida de una persona, como el extrañar, el amar, el tener sensaciones de apuro, de nostalgias, de impaciencia, de amar, de esperar y sabiendo en lo mas profundo de nuestro ser que a veces es inútil esperar, descansan recuerdos bajo el techito del humilde y sencillo, refugio de Apipe, o el del puerto, lo mismo, ya todos lo conocemos y sabemos quien es.
 ... porque a Martín,... o a Walter le fallaron los pasajeros, porque llovizna, o llueve fuerte, ese tipo de imprevisto, para, a la gente de la ciudad, pero no al isleño, o a los que no somos isleños,...y que vivimos acá, pero que a través del tiempo aprendimos a sentir como tales, el isleño es sufrido, paciente, silencioso, manso y esperador, espera... espera, siempre espera sabe de eso y lo trasmite a los que no sabemos de ello,... pero sigamos con ese diminuto, desvencijado, y paupérrimo refugio, es compañero, para fumar un pucho, para tomar un mate, o quizás cuando hace calor un buen terere, o una cuadrada, de tinto, rozado o blanco, birras también supieron haber, y por algún bolsillo de algún camperon alguna petaca tambien se deslizo, para disfrutar de una llovizna, o para sufrir el terrible viento sur que tanto nos castiga y congela en especial en esas madrugadas lluviosas y de viento cortante, ¡en que compañero te convertiste! Refugio del Puerto, de todos quienes habitamos esta bendita y bella isla, pero no por eso vamos a dejar de reconocer, que es difícil y duro muchas veces la vida en este pedacito de tierra correntina, argentina, y sambullida en las aguas paraguayas.
Que lindo, que pobre, que chiquito y que desvencijado pero cuanto nos has protegido, acompañado y contenido ...Refugio, del puerto de Apipe.   -Héctor Gilberto -
 

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