domingo, 18 de noviembre de 2012

COLUMNA DOMINICAL DE COETÍ

Cómo se cae una red de trata: las formas de reclutamiento

La segunda parte del informe de la Asociación Coetí. Las vulnerabilidades a las que apela el tratante: situación de precariedad económica y la promesa laboral falsa.
 
 
Autor: Por Micaela Urdinez
"Hay tantas formas de reclutamiento como vulnerabilidades existen y el tratante siempre apunta al punto débil de la víctima: la plata, la familia, una enfermedad o una hipoteca sobre la casa", sostiene Mercedes Assorati -responsable del Programa Esclavitud Cero de la Fundación El Otro-, poniendo de manifiesto que las mujeres con más carencias (económicas, educativas o afectivas) son las más propensas a engrosar las filas de estas mafias.

En cuanto a los medios comisivos, el engaño continúa siendo la forma más común de reclutamiento de víctimas, aunque se siguen presentando también, en mucha menor medida, secuestros; ventas o entregas por parte de familiares; prostitución forzada de mujeres controladas por parejas o cónyuges; reclutamiento mediante la iniciación en las drogas de niñas, o castings por Internet para ser modelos, entre otros.

Según un estudio de la Ufase, el 49% de las víctimas fue reclutado mediante una promesa laboral falsa, el 43% privado de su libertad, el 4% entregado por un familiar y el 3% engañado.

Cuando se trata de un engaño laboral, lo más común es que a las chicas les ofrezcan trabajo como empleadas domésticas, cocineras, mozas, cuidadoras de niños, bailarinas y modelos, como anzuelo para alejarlas de sus lugares de origen. Luego viene una etapa de ablandamiento en la cual las maltratan, las amenazan, las someten a violaciones e incluso las hacen adictas a las drogas hasta conseguir quebrarlas.

"El reclutamiento en general viene seguido de un traslado con la intención de aislar a la víctima de sus redes de contención social. Puede ser del interior a otra provincia, o de una chica de la villa 31 a un prostíbulo VIP en Recoleta", dice Viviana Caminos, coordinadora nacional de la Red Argentina Alto a la Trata.

Así le sucedió a Roxana, de Puerto Iguazú, que tenía a su mamá con cáncer y otros 5 hermanos que mantener. El padre las había abandonado y ella y sus hermanas tuvieron que empezar a trabajar a los 14 años en casas de familia.

"Mientras su madre fue a visitar a su padre para pedirle plata, Roxana vio por la calle unos carteles que ofrecían trabajo para empleada doméstica en Buenos Aires y se puso en contacto antes de que volviese su madre. La chica desapareció y recién 6 años más tarde la ubicaron en Mar del Plata. Roxana le dijo a su madre que ya no iba a volver, que ése era ahora su mundo y que tenía un bebe de su tratante", cuenta Caminos.

La trata de personas es un proceso que incluye diversas acciones: el reclutamiento o secuestro, el traslado, la recepción y alojamiento de la víctima en el lugar de destino, y su explotación en un contexto de amenazas, engaño, coacción y violencia.

En cuanto a la relación que existe entre el reclutador y la víctima, en la gran mayoría de los casos se trata de un familiar o un conocido. Según la Ufase, en el 47% de los casos la figura corresponde a la pareja, en el 11% era conocido de antes, en el 8% era un familiar y en el 4% es un amigo o vecino. Sólo en el 27% de las ocasiones, el reclutador es conocido recién en el momento del engaño.

"También existe el secuestro y el reclutamiento por drogas. De hecho se han dado muchos secuestros en la provincia de Buenos Aires, y se reciben muchas denuncias de chicas sobre seguimientos de autos a la salida del colegio o la Universidad, que les sacan fotos y algunas después desaparecen", afirma Marcelo Colombo -director de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (Ufase) perteneciente al Ministerio Público Fiscal de la Nación-, dejando entrever que este tipo de búsqueda se realiza en chicas de un estrato socioeconómico mayor, intentando conseguir un perfil más refinado.

Otra de las modalidades de reclutamiento consiste en familiares que muchas veces acceden a enviar a sus hijas a trabajar a otras provincias sin saber que las están entregando a las redes de trata, y otros en el que son cómplices.

Jessica nunca conoció a su padre y su mamá la dio en adopción siendo recién nacida porque no podía hacerse cargo de ella. Así fue como se fue a vivir con su tía y su nueva pareja a una casa en Quilmes, sin saber que allí funcionaba un prostíbulo.

"A los 3 años mi tío me empezó a manosear y a los 7, a prostituir. Durante el día traían a otras chicas para que trabajaran. Recién a los 23 me pude ir", cuenta Jessica, que recibió la ayuda de un cliente para escaparse, con el cual hoy está en pareja y tienen un bebé de 4 meses.

Durante el día Jessica salía muy poco, casi no iba al colegio e incluso había momentos en que la ataban y la drogaban para que cumpliera con sus tareas sin resistencia. "Yo por suerte pude salir y no volví nunca más para nada, pero el lugar sigue funcionando y hay otras chicas que siguen pasando por lo que yo pasé", dice Jessica desesperada, al otro lado del teléfono.

Quizá la estrategia menos frecuente -pero que en algún punto toca todos los niveles sociales- es la relacionada con las redes sociales como método de captación. Los reclutadores se hacen pasar por chicos de su edad con los que inician una relación hasta poder generar un encuentro que lleve al secuestro.

"Tuvimos el caso de una chica de 15 años que se puso de novia con un chico por medio de Facebook. Un día salió de su casa supuestamente para ir a hacer los deberes a la casa de una amiga y nunca volvió. Por suerte le había dicho a una hermana que tenía un novio de Internet, rastrearon el IP de la computadora y eso los llevó a la villa 21-24 de Barracas. Por los datos que les dieron encontraron a la chica en Ciudad Oculta y la rescataron. Se ve que estaba en una etapa de ablandamiento antes de llevarla a un prostíbulo porque estaba bajo los efectos de alguna droga", cuentan desde la Red Infancia Robada.

Los especialistas señalan que como las víctimas pasaron sus infancias bajo diferentes tipos de sometimientos, es habitual que no tengan conciencia de que están siendo explotadas. "Si vos les preguntás, ellas te dicen que están ahí voluntariamente. Esa víctima cree que no puede escapar de esa situación porque se siente vulnerable", dice Assorati.

Además, la gran mayoría de las víctimas son obligadas no sólo a vender drogas, sino también a consumirlas. De esta forma, la adicción es utilizada como método para mantenerlas en el sometimiento y para que resistan las eternas horas de explotación que padecen sus cuerpos.

Sin embargo, algunas consiguen escaparse porque algún cliente se enamora de ellas; porque aprovechan situaciones de descuido de sus captores; porque roban celulares de clientes y mandan mensajes a un familiar; porque algunos clientes denuncian al enterarse que están contra su voluntad, o porque se ponen viejas o se enferman, ya que están muy expuestas a contraer VIH, sífilis o gonorrea.

"La gran mayoría consigue salir por allanamientos ordenados por la Justicia, aunque muchos fracasan porque hay protección policial y les avisan antes de que ocurran. Por eso pedimos que los allanamientos los haga Gendarmería o Prefectura, o en las provincias la Policía Federal", cuenta Assorati.

Meros extractos de un cruel entramado que no muestra intenciones de ser desenredado, estos relatos sacan a la luz una realidad que pide a gritos el compromiso de toda la sociedad -y en especial, de las autoridades- para que todas las niñas, adolescentes y mujeres del país puedan, simplemente, recuperar su libertad.

PUNTOS CONFLICTIVOS
  • Aún son muy pocas las sentencias en el país, en comparación con el número de víctimas y de procesados
  • Los procesados y condenados siguen siendo los responsables menores de las redes de trata
  • Falta una adecuada articulación entre los organismos del Estado para que las respuestas sean rápidas, eficaces y sostenidas en el tiempo
  • No existe transparencia en la información referida al tema
  • Las víctimas suelen regresar a sus lugares de origen sin asistencia posterior.

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